martes, 12 de mayo de 2009

ONG Solidaridad con Benín

“Que encontréis lo que hayáis venido a buscar”. La frase, sabiduría popular africana compilada, corresponde al rey de los Baribá de Benín, pequeño país africano entre los más pobres del mundo. Fue su recibimiento a los integrantes de la ONG asturiana Solidaridad con Benín, que recorrió el país a principios de año durante tres semanas.El grupo asturiano, que lleva varios años de intenso trabajo en esta zona de África, realizaba su visita por la aldea de Fo-Bouré, dentro de un viaje para conocer el estado de los distintos proyectos de cooperación que están desarrollando.

Era el mes del Armatán, viento posterior a la época de las lluvias que tiñe de rojo los árboles y marca el final del invierno. Fo-Bouré es conocida también como la “aldea de la luz”, ya que en sus calles hay árboles sagrados muy utilizados en alimentación, vida social, farmacia y celebraciones religiosas, como son el karité y el neré, que destellan con la luz. Los árboles comparten protagonismo con unas farolas alimentadas por luz solar que un misionero logroñés, Juan Pablo López, les ha conseguido. No es extraño encontrar pupitres debajo de ellas: los jóvenes aprovechan su luz para estudiar por la noche.Solidaridad con Benín, que ahora tiene un grupo de trabajo en Colunga, ha elaborado en poco tiempo varios programas y proyectos de cooperación y ayuda al desarrollo para atajar las carencias que este país del África occidental sufre. Empezando por la educación, ya que la escolarización en Benín no llega al 50%.Especialmente sangrante es el caso de las niñas, que apenas estudian. En una familia, no todos los hijos se escolarizan. Sus progenitores eligen, y los niños tienen preferencias sobre ellas, que son necesarias para ayudar a la madre. Desde su infancia, van asumiendo responsabilidades, como ir a por leña, ayudar en la cocina y encargarse de sus hermanos más pequeños. No es de extrañar ver a una niña con su hermano a la espalda, hacer al mismo tiempo otras labores e incluso ir a la escuela con él a cuestas.En el 90% de los casos, el futuro de las niñas está muy claro: se casarán a los 14 años, le elegirán al marido, que en el mejor de los casos solo le doblará la edad, serán madres, trabajarán en el campo y se ocuparán del hogar. La mayoría de ellas sin saber leer ni escribir.

Por ello, y junto a las Dominicas de la Anunciata de Bembereké, encabezadas por la hermana Encarna Martínez, la ONG, sumando el esfuerzo de numerosas personas, instituciones y entidades en el Principado, ha colaborado para la construcción de varias escuelas-internado expresamente femeninas. La última en construcción, en la región de Sinandé, albergará unas 120 niñas y ha sido posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Oviedo y del Principado de Asturias. Otras anteriores fueron posibles gracias a Siero, Noreña y Castrillón.La educación es un factor clave para el África del mañana. Solidaridad con Benín se vuelca en estos proyectos, muchos de los cuales fueron supervisados por sus responsables durante el último viaje. En estos momentos, están construyendo aulas en las aldeas, promoviendo campañas de sensibilización a los padres en la necesidad de enviar a estudiar a sus hijos, y, sobre todo, revalorizando el papel de las niñas. Por eso el viaje se aprovechó para inaugurar varias escuelas.En la ciudad de Parakoe, la más importante del norte del país, vive desde octubre el ovetense Pepe Tartiere, voluntario de la organización, creando, ejecutando y evaluando proyectos junto a Christian Hounkpatín, beninés licenciado en económicas que trabaja para la ONG, en el que cabe destacar la construcción y puesta en marcha de un colegio mayor masculino que da cabida a unos 15 alumnos, todos ellos estudiantes universitarios. A los pocos días de la inauguración, se había corrido la voz de que estaban en plena clase de español y el número de asistentes se multiplicó. Todos empezaban sus primeras clases aprendiendo a conjugar el verbo amar.

Cada africano es un filósofo. La sabiduría africana, transmitida de generación en generación por tradición oral, rezuma en cada conversación, en las formas de vida. Cada dicho pretende transmitir una enseñanza concreta para la vida, como los cuentos con moraleja. Por eso la ONG ha desarrollado programas de formación de las poblaciones respetando su tradición y su medio natural, contratando monitoras que expliquen con métodos sencillos diversos valores pedagógicos. Con dibujos y esquemas básicos muestran a grupos de mujeres las mejoras sanitarias que pueden realizar, ya sea como comadronas o en el cuidado de sus hijos. Solidaridad con Benín ha inaugurado, con gran algarabía para los beneficiados, varios dispensarios para la maternidad en la zona rural de Gorobaani y Moosi, en la región de Sinandé, financiados por la Obra Social de Cajastur.Dentro del programa de producción agropecuaria han propiciado tres cooperativas femeninas en otras tantas aldeas de la región de Bembereké, para la transformación con maquinaria del Karité, elemento esencial en su dieta, también usada en cosmética. La ONG también se ha encargado de dar a las cooperativistas conocimientos y preparación respecto a la gestión y previsión del negocio en un país que vive principalmente de la exportación de algodón.

Cuando se toma cualquier carretera, los restos de la fibra textil, que destellan con la luz, señalan el camino. El rey de los Baribá tenía razón. El grupo asturiano encontró lo que había ido a buscar: aún queda mucho por hacer.

Publicado en La Nueva España el sábado 21 de junio de 2008

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